“Mi hijo me manipula” – Alejarse de los juicios negativos y conectar

Posteada en la fecha 01 abr. 20

“Mi hijo me manipula” – Alejarse de los juicios negativos y conectar

 

En nuestra vida como padres pasamos proyectando, juzgando, temiendo miles de escenarios. En muchas ocasiones estos escenarios son negativos. Por ejemplo, si nuestro hijo llora, pensamos que nos manipula. Si nuestro hijo no quiere terminar la comida, pensamos que es una lucha de poder en contra de nosotros y que debemos demostrar firmeza. Cuando nuestra hija le pega   a su compañerito de juegos, pensamos que tiene problemas de agresividad y nos preguntamos automáticamente qué hemos hecho mal.

Todas estas interpretaciones nos alejan de nuestros hijos, nos alejan de la situación real y nos proyectan a un futuro amenazante donde inequívocamente fallamos como padre o madre. Y ¿qué podría ser peor que esto?

 

Uno de los miedos principales de los padres es malcriar a sus hijos. Este miedo no nos ayuda a prevenir la situación, sino que nos lleva a tomar decisiones educativas desde el temor y no desde el amor. Cuando tenemos miedo, la dimensión emocional se queda atrás. Dejamos de reaccionar de la forma adecuada porque perdemos la conexión emocional con nuestros hijos. Para ayudar a prevenir esto, te comparto varios consejos para reaccionar desde la conexión y no desde el miedo en situaciones delicadas:  

Genera conciencia ¿cuáles son mis principales temores a la hora de educar? ¿Cuáles proyecciones negativas son recurrentes en mi mente y me impiden conectar con mi hijo?

 Describe la situación dada de forma objetiva y breve en tu mente. Un ejemplo de una descripción objetiva y breve sería “mi hijo no quiere prestar su avión a su compañero. ¿Qué puedo hacer para ayudarle?” versus “Mi hijo no quiere prestar nunca sus juguetes, él va a tener problemas de socialización y se va a volver mandón y egoísta. Mi amiga de seguro piensa que soy un poco floja con él. Mejor lo obligo para que aprenda.” En este caso, nuestra interpretación se basa en nuestros miedos y proyecciones negativas. Esta narración no ayuda a mejorar la situación. Al contrario, se interpone entre nosotros y nuestros hijos, dejando de lado lo que nuestro hijo necesita en ese momento. Además, recuerde el dicho “el miedo no evita el peligro”. Actuar desde el miedo es contraproducente ya que no prepara a tu hijo para superar el conflicto emocional en el que se encuentra. Practicar la objetividad nos permite alejarnos de nuestros miedos.

Permanezca cerca de las necesidades de su hij@ pregúntate “¨ ¿cuál es el problema aquí? ¿Qué siente mi hijo y por qué reacciona de esta forma? ¿Qué necesita en este momento?”. Acércate e intenta poner palabras a su emoción “el avión es tu juguete favorito y te sentiste enojado cuando X quiso agarrártelo.” Valide su emoción “te entiendo, a veces es difícil compartir cuando nos entretenemos mucho con algo”. Esto permite desacelerar el conflicto y apaciguar la situación.

 Busquen soluciones juntos. Ser compasivo y conectar no significa permitirle todo a tu hijo, sólo significa acompañarlo en sus emociones para encontrar alternativas a su comportamiento.  Entre más pequeños sean sus hijos, más ideas vas a tener que generar como padre o madre. Cuando los niños crezcan y estén más acostumbrados a la resolución de conflictos, entonces lograrán solucionarlos solos. Por ejemplo, puedes decir: “cuando algo me gusta mucho y no estoy listo para dárselo a otra persona, intento decirle: “todavía lo necesito, si quieres en  cinco  minutos te lo presto y en cambio vos me pasas X.” De hecho intercambiar y hacer turnos funciona muy bien. Quizás tu hijo no va a querer prestar su juguete de inmediato, pero eventualmente va a aprender a hacerlo, poco a poco va a internalizar que también puede crear una situación ganar-ganar y que prestar su juguete no es del todo negativo.

 No lo hagan sentir mal por reaccionar de forma “agresiva” o “egoísta” El egoísmo y la agresividad son interpretaciones nuestras y reflejan nuestro propio miedo. Los niños reaccionan de cierta forma porque no disponen de otra herramienta.  Es nuestra responsabilidad darles estas herramientas, así como es también nuestra responsabilidad controlar nuestras emociones y nuestros miedos. No podemos regañar a un niño por no tener herramientas que no le hemos enseñado a tener y no podemos exigir a un niño controlarse cuando nosotros mismos no logramos controlar nuestras proyecciones negativas. Si quieres que tu hijo sea más generoso, muéstrele el camino de la generosidad con paciencia y compasión. Tendrás mucho más éxito que si le impones esta generosidad.

 Pausa siempre que te encuentres en una situación delicada, haz una pausa en tu mente. Evita reaccionar sin pensar. Respira profundo y toma conciencia de lo que esta pasando. Esto te ayudará a tomar distancia y a manejar la situación de forma consciente.

 La conexión es la herramienta educativa más poderosa en situaciones de conflictos. De esta forma practicas con tu hijo o tu hija la resolución de conflictos y le enseñas que para cada situación hay soluciones. También le muestras que estás ahí para ayudarle en el proceso y no para juzgarlo.ra juzgarlo.